Una de las primeras cuestiones a definir en el estudio de las
publicaciones obreras es qué se entiende por las mismas. Desde nuestra
perspectiva consideramos como tales a las publicaciones periódicas que
se dirigen fundamentalmente a un público constituido por trabajadores
asalariados y escritas por trabajadores mismos o por personas que se
identifican con sus intereses. En los periódicos rosarinos analizados
esta apelación adquiere diferentes términos, como ser "trabajadores",
"obreros", "pueblo trabajador", "gran masa trabajadora", "las clases
trabajadoras en general". Estos trabajadores a los cuales se convoca
para la transformación social son, básicamente, los vinculados al
trabajo manual en la industria, en los transportes y en las tareas de
carga y descarga (puertos, estaciones ferroviarias, etc). Sobresale la
preocupación por el ámbito urbano y la poca o nula referencia a los
trabajadores rurales. Al mismo tiempo, hay una identificación de los
trabajadores con los pobres y desgraciados.
Desde una perspectiva relacionada con el contenido, las publicaciones obreras podrían definirse de la siguiente manera :
"... todo
lo que se escribe desde el punto de vista primordial de exponer los
males que aquejan a la clase obrera y manifestar las ideas que a juicio
del autor pueden regenerarla." (1)
LOS CONTENIDOS
Una vez precisado el concepto publicación o periódico obrero, podemos
ampliar lo concerniente al contenido de las mismas. En estas hojas
predomina lo netamente propagandístico por sobre lo informativo, y
dentro del ámbito noticioso imperan las nuevas referidas al mundo obrero
y partidario. Podríamos plantear que estas publicaciones se organizan
en torno a tres grandes ejes : 1) cr¡tica de la sociedad imperante, 2)
esbozo de una sociedad o de valores ideales y 3) propuestas
organizativas y metodológicas para pasar de la situación criticada a la
situación ideal. Tal esquema se asemeja mucho al de la práctica médica
dividida en diagnóstico, sanación y terapia, siendo esta última la que
permite el tránsito del estado enfermo al estado sano. No es casual esta
similitud, pues la prédica obrerista se propone la regeneración de un
organismo social considerado enfermo. Paralelamente, al menos en el
período estudiado y fundamentalmente entre los periódicos cratas, hay un
mayor énfasis en la crítica que en precisar acabadamente los medios y
fines.
Dada la prácticamente exclusiva atención dedicada al mundo de los
trabajadores y a las doctrinas regeneradoras, difícilmente pueda un
lector actual conocer la situación política o general del momento en el
cual se escribieron estas publicaciones. Claro que en el ámbito de la
prensa común (denominada "burguesa" en los medios obreristas) se daba la
carencia opuesta. Es decir, poca atención se brindaba a la situación de
los trabajadores, quienes aparecían en tales páginas, básicamente,
cuando protagonizaban alguna medida de fuerza o hecho violento.
Por otro lado, no debe sorprender el marcado carácter partidista o
ideológico de las publicaciones obreras, pues el periodismo en general
de aquella época, en Rosario y Argentina, solía tener la misma
característica.
"...el periodismo en aquellos tiempos era totalmente político y cada publicación servía de tribuna a sus candidatos." (2)
LOS REDACTORES
Un tercer punto a tratar tiene que ver con quienes escribían en estas
publicaciones. No resulta fácil en muchos casos identificar a los
redactores, dado el carácter anónimo de la mayoría de los artículos.
Anonimato que tenía que ver, por un lado, con la seguridad, con el temor
al control y represión estatal, y, por otro lado, con la preocupación
de no caer en la vanidad. Lo importante para estos redactores era el
mensaje más que el prestigio periodístico o literario. Estaban
preocupados en diferenciarse de los periodistas a los cuales criticaban
por poner su pluma al servicio de un patrón.
Debido a esa repulsa por los periodistas e intelectuales en general
existente en el temprano movimiento obrero de cuño anarquista o
sindicalista y a cierta forma de redactar (donde aparecen ciertas fallas
gramaticales) se puede sostener que estos periódicos eran redactados,
salvo algunas excepciones, por obreros o artesanos.
En varios casos podemos determinar quien era el director, editor o
redactor principal de un periódico, dado que aparecía su nombre. Esto
nos ayuda también a tener una idea más precisa de quienes elaboraban
este tipo de prensa. En no pocos casos, incluso parece que determinado
órgano girara en torno de una persona más que de un grupo. Por ejemplo,
Julián Nicolás aparece como figura descollante en "El Porvenir Social"
(publicación socialista) y Angelo Careghini en "Demoliamo" (publicación
anarquista individualista).
También podemos efectuar una distinción entre aquellos militantes que
escriben en tales publicaciones. En tal sentido expresa Ricardo Falcón :
"Un
número importante de militantes escribe en los periódicos. Aquí cabe
hacer una distinción entre directores o redactores permanentes y
colaboradores ocasionales. El tipo de participación que parece
predominar es la `intermedia', es decir, los que escriben con
regularidad, pero episódicamente." (3)
PRESENTACION, PERIODICIDAD, FINANCIACION Y DISTRIBUCION
En cuanto a las caracteristicas formales, éstas -aunque sin ser
descuidadas- ocupan un lugar subalterno respecto del contenido. Hay un
cierto patrón en la presentación. En la primera página se destaca el
título y otros datos que hacen a la definición de la publicación
(subtítulo, citas emblemáticas, dirección postal, nombre del
responsable, periodicidad, costo, etc). La cantidad de páginas oscila
entre 4 (la mayoría) y 6, dispuestas en 3 columnas (la mayoría) o 4. En
la página inicial aparecen los escritos editoriales que definen la línea
del periódico y en la página final, generalmente, se brindan datos
sobre la financiación (listas de suscripción, donaciones) y las
relaciones con otros grupos o personas de la ciudad, el país y el mundo.
Periodicidad y financiación, cuestiones íntimamente ligadas, presentan
modalidades diferentes entre las publicaciones obreras. Los socialistas y
anarquistas organizadores tratan de editar sus órganos con cierta
regularidad y para ello recurren a las suscripciones y precios
estipulados, mientras que los anarquistas individualistas recurren a la
suscripción voluntaria y a la periodicidad irregular ("sale cuando
puede"). Los socialistas, en el caso de "El Porvenir Social", recurrirán
también a los anuncios publicitarios para completar los ingresos
obtenidos por suscripción y venta de ejemplares individuales.
Las dificultades económicas, más que los obstáculos gubernamentales, (4)
explican en buena medida la corta vida de los periódicos obreros
rosarinos. Las que tuvieron una vida más extensa estaban sostenidas por
grupos o sociedades de resistencia que se encargaban de su difusión y de
obtener los recursos necesarios para el mantenimiento de las mismas.
La distribución de estas expresiones del movimiento obrero rosarino se
efectuaba básicamente en el ámbito de la ciudad (5), aunque también
hallamos en las listas de suscripciones o donaciones y en las noticias
relativas a intercambio epistolar referencias a la circulación de cierta
cantidad de ejemplares fuera del ámbito local, llegndo las mismas a
otras poblaciones del país e incluso del extranjero.
RELACIONES
Esto último nos lleva a las relaciones nacionales e internacionales del
movimiento obrero rosarino. En cuanto al ámbito del estado argentino, se
privilegia la relación con Buenos Aires pero también hallamos
referencias a contactos con otros puntos de la provincia de Santa Fe y
del país. Respecto de las relaciones internacionales, destaca el
contacto -sobre todo en el campo anarquista- con círculos españoles e
italianos. Estas vinculaciones no se daban solamente a través del
intercambio de publicaciones u otros impresos, sino también a través de
la correspondencia, de la circulación de personas entre ambos
continentes, de la asistencia a congresos u otro tipo de eventos
internacionales y de la constitución de organizaciones supranacionales.
Al respecto expresa Hobart Spalding :
"... los
anarquistas trataron de estrechar lazos con sus correligionarios en
otros países y se mantuvieron bien informados sobre los hechos acaecidos
en el extranjero. Por un lado, las organizaciones o federaciones
obreras mantenían correspondencia con sus similares de otras naciones y
buscaban en lo posible coordinar sus actividades. Por otro, se
preocupaban por los acontecimientos exteriores, llevando a cabo
protestas en favor de anarquistas u obreros perseguidos en otros países.
Dos ejemplos de esto se encuentran en el mitín de solidaridad con los
obreros rusos después de las represiones policiales bajo el imperio
zarista, por un lado, y en el movimiento en favor de Francisco
Ferrer..." (6)
Francisco Madrid Santos, por su parte y desde el estudio de las fuentes
obreras españolas, destaca esta estrecha vinculación de Argentina y
América en general con España. (7) Sobre todo en el ámbito anarquista
podría hablarse de un ámbito hispano-americano, donde circulaban
fluidamente personas, propaganda escrita, informaciones y
correspondencia. Dentro del estado español, uno de los países más
fuertemente ligados a la América hispana (incluímos en este espacio a
los círculos inmigrantes ibéricos en Estados Unidos) y Argentina en
particular era Catalunya, desde la época de la I Internacional.
ULTIMAS CONSIDERACIONES : CONTENIDO Y PROPOSITOS
Una última consideración que nos permitimos hacer en estas notas sobre
la prensa obrera local, se relaciona con el contenido y los objetivos de
la misma. Ya hemos dicho que el periódico obrero privilegia la difusión
de un determinado ideario, de determinada moral y de determinadas
prácticas organizativas y de acción. Frente a la perennidad e inmediatez
de lo informativo, la publicación obrera privilegia cierta
atemporalidad en su contenido, lo cual no sólo tiene que ver con su
concepción transformadora sino también con la precariedad de medios
económicos que impiden una mayor regularidad y frecuencia en sus
apariciones, lo cual impide el tratamiento de las noticias de inmediata
actualidad. La prensa obrera es ante todo propaganda, que acompaña a la
prédica oral y a la "propaganda por los hechos" o a la "acción directa"
(que no deben identificarse necesariamente con los atentados, sino con
todo tipo de acción efectuada por los mismos trabajadores sin delegación
de responsabilidades o poder en instancias que los representen). Un
tipo de propaganda que resulta especialmente reverenciada entre los
anarquistas, dado el carácter cuasi redentor que otorgan a la palabra
escrita. Además, a través de las lecturas públicas (para que el
contenido pudiera ser conocido por los analfabetos) la propaganda
escrita se convertía en oral. Valga como ejemplo lo narrado por Agustina
Prieto en el caso de la difusión de este tipo de prensa en el barrio
obrero de Refinería, situado en el norte de la ciudad de Rosario :
"En los
cuartos y patios [de los conventillos] se leían y comentaban ... en los
años del cambio de siglo ... las diversas expresiones de la prensa
obrera local y nacional..." (8)
En cuanto a los propósitos, este tipo de escritos se presentan como un
medio tendiente a desarrollar cierta conciencia clasista, cohesionadora y
transformadora entre los trabajadores, la cual se asociaba con una
elevación cultural tanto a nivel intelectual o moral. Es decir, como
requisito previo para la construcción de una nueva sociedad basada en
una mayor libertad e igualdad de condiciones económicas, se planteaba la
transformación de los mismos trabajadores que debían llevar adelante el
cambio social. Esta transformación societaria se daba como segura,
basando tal predicción en supuestas necesidades científicas vinculadas
con la idea de progreso hacia determinado fin. En esa concepción
escatológica, la prensa y la propaganda en general no hacían más que
acelerar tal transformación (concebida de una manera evolutiva entre los
socialistas y sindicalistas moderados, y a la manera de una hecatombe
más o menos cercana entre los ácratas). Es decir, el accionar de los
propagandistas, de los militantes, se percibía como un catalizador que
precipitaría el arribo del tan anhelado paraíso terrestre. Ese sentido
tenía la "agitación". La cuestión radicaba en activar y estimular las
energías consideradas dormidas entre los explotados y oprimidos,
provocar una especie de reacción en cadena que liberara la energía
necesaria para destruir lo existente criticado y edificar el nuevo orden
social pregonado.
NOTAS
(1)
Molas, Joaquim : "Cultura i literatura obrera (1894-1920)", en I res.
Jornades sobre moviment obrer a l'Arús, Barcelona, Associació d'Amics de
la Biblioteca Pública Arús, 1991, p.67.
(2) Di Santo, Víctor : "Payadores y política", Todo es Historia nº 278, Buenos Aires, 1990, p.29.
(3)
Falcón, Ricardo y otros : "Obreros, artesanos, intelectuales y actividad
político-sindical", en Estudios Sociales nº1, Santa Fe, U.N.L., p.59.
(4)
Respecto de los obstáculos colocados por las autoridades argentinas
escribe Hobart Spalding (La clase trabajadora argentina. Documentos para
su historia, 1890-1912, Buenos Aires, Galerna, 1970, pp.51-52)
"En
general, los ... periódicos obreros en los años posteriores a 1890,
cuando la agitación obrera empezó a verificarse con más fuerza, estaban
estrictamente vigilados o impedida su circulación."
Citando el caso del periódico socialista LA VANGUARDIA, principal
expresión de los socialistas argentinos, y uno de los menos inflamados
de la época, se expresa :
"... su
venta estaba prohibida en las estaciones de ferrocarriles y en los
hospitales y ... tampoco se permitía su lectura en los mismos trenes.
Por este diario como por otros de la época llegan noticias de que en
varias oportunidades sus ediciones o los manifiestos impresos por una u
otra agrupación fueron secuestrados antes de ganar la calle."
A pesar de este hostigamiento gubernamental, Spalding relativiza su incidencia :
"Sin
embargo, sobrevivieron una buena cantidad de revistas, ... periódicos y
hojas dedicadas a la causa obrera, de las cuales la mayoría moría no
tanto por la oposición de las autoridades sino por la falta de fondo o
lectores."
Hasta 1909 hubo dos proyectos para limitar la circulación de
publicaciones radicalizadas, ambas fracasaron al no contar con el apoyo
necesario en los altos círculos gubernamentales. La primera de ellas se
originó a finales del siglo XIX y proponía prohibir la circulación de
dicha prensa por correo. La segunda, pergeñada por el coronel Ramón L.
Falcón, Jefe de Policía de la Capital Federal ultimado en 1909 por el
anarquista Simón Radowitzky, estipulaba directamente el cierre de los
órganos revolucionarios.
Las restricciones a la propagación de este tipo de prensa eran,
básicamente, de dos tipos : directas e indirectas. Las primeras
consistían en el secuestro de una edición, tras previa denuncia, la
detención o procesamiento de los redactores. Las segundas, más
abundantes y sutiles, incluían el boicot por parte del correo, la
coacción a los imprenteros para que no imprimieran tales hojas, la
represión de los lectores que aparecían en los listados de suscripción
(de allí que también éstos, como los redactores, recurrieran a los
seudónimos, que solían ser de lo más pintoresco) y la prevención de los
patrones frente a quienes escribían, difundían o leían la prensa de
marras.
(5) Uno
de los barrios de la ciudad donde más se difundían estas publicaciones
era el barrio obrero de Refinería, surgido a fines del siglo pasado en
torno de la Refinería de Azúcar, que por aquella época era el
establecimiento industrial más grande la República. Este barrio, situado
en la zona noreste de la ciudad, se caracterizó por la alta
conflictividad social. En lo relativo a la difusión de las publicaciones
obreras en Refinería informa Agustina Prieto ("Condiciones de vida en
el barrio Refinería de Rosario", en Anuario de la Escuela de Historia nº
14, Rosario, U.N.R., 1989-90, p.177) :
"La
prensa obrera tenía en el barrio uno de sus principales centros de
difusión; el periódico anarquista rosarino "La Rebelión", por ejemplo,
de 1913, se vendía exclusivamente en tres negocios del centro y en un
kiosco de Refinería, situado en un punto de gran concentración de
conventillos."
(6) Spalding, Hobart : op.cit., p.91.
(7)
Madrid Santos, Francisco : "La prensa anarquista en España", en 1 res.
Jornades sobre moviment obrer a l'Arús, Barcelona, Associació d'Amics de
la Biblioteca Pública Arús, 1991, pp.39-55.
(8) Prieto, Agustina : op.cit., p.177.
Ricardo Accurso
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domingo, 9 de noviembre de 2014
LAS PRIMERAS PUBLICACIONES OBRERAS ROSARINAS (1893-1900)
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