lunes, 10 de noviembre de 2014

Movimiento contra el Envío de Tropas Argentinas a la Guerra de Corea


El 25 de junio de 1950 se inició la Guerra de Corea, que involucró por un lado a las potencias occidentales lideradas por Estados Unidos y por el otro a las potencias comunistas lideradas por la República Popular China y la Unión Soviética. Este conflicto, que concluyó con la división de la península coreana en un estado comunista (al norte) y otro capitalista (al sur), representó uno de los puntos más álgidos de la Guerra Fría iniciada al poco tiempo de concluída la II Guerra Mundial. A pesar de su postura básicamente neutralista, el gobierno del Gral. Juan Domingo Perón dejó abierta la posibilidad de que Argentina enviara tropas, como integrante de las Naciones Unidas, para defender los intereses occidentales en esa región del Extremo Oriente. Cabe recordar que otros países americanos, Colombia por ejemplo, enviaron contingentes militares a dicha guerra. La participación de estos países americanos en ese lejano conflicto tenía como objetivo fundamental obtener una mejor relación con los Estados Unidos, esperando cosechar beneficios importantes a nivel económico. La posibilidad de que Argentina remitiera tropas a Corea provocó una fuerte resistencia, que concluyó con la renuncia a tal proyecto. Según el periodista Isidoro Gilbert, Rosario fue el centro principal de esa resistencia. Más concretamente, el eje de la protesta pasó por los ferroviarios que se desempeñaban en los Talleres de la vecina ciudad de Pérez y en las instalaciones del Cruce Alberdi. A continuación reproducimos lo que expresa Gilbert en su libro "El oro de Moscú" (1994, pp.155-6, nota 36): "...(el 17 de agosto) una asamblea del sindicato de conductores de trenes La Fraternidad resolvió dirigirse al gobierno nacional para pedir que no se enviaran tropas a Corea. Esa resolución impulsada por los delegados comunistas, corrió como reguero de pólvora y comenzó a discutirse en los galpones ferroviarios, especialmente en los de reparaciones de Pérez, a 16 kms. de Rosario. A las cinco de la mañana del 19, al partir el tren de Rosario a Pérez, una asamblea resolvió parar los talleres. Se improvisaron carteles con leyendas contrarias a la guerra y al envío de soldados argentinos. Los portones del taller se abrieron a los dos mil obreros que encabezaron la protesta marchando hacia Rosario. En Arroyito otros dos mil ferroviarios resolvieron sumarse a la protesta. Durante el largo trayecto de 16 kilómetros, la población comenzó a sumarse a la columna. La voz "huelga general" se escuchó en todos los rincones de la ciudad. A las 10:30, la columna entraba en Rosario, ya engrosada en forma impresionante. Todo el cordón rosarino se movilizó. Se improvisaron asambleas, con oradores peronistas, como el ex senador Figueiras, y comunistas. Se produjeron algunos choques, primero con los bomberos, más tarde con fuerzas policiales. Pero la multitud que se congregó frente a la Municipalidad era indomable. Hubo detenciones y luego se produjeron cesantías en el ferrocarril. El gobierno de Perón se vio forzado a dar marcha atrás en el proyecto original de enviar tropas." Algunos historiadores sostienen que la movilización fue incentivada desde el mismo gobierno peronista por sectores que se oponían a la participación argentina en la guerra de Corea. Según Gilbert (ex corresponsal de la agencia soviética Tass en Argentina) resultó fundamental la actitud del Partido Comunista de la provincia de Santa Fe. Los comunistas locales, siguiendo en buena medida las directivas de Moscú, trataban de impedir que Argentina se sumara a los esfuerzos norteamericanos en contra de la Unión Soviética. Tal vez, sea pertinente una "tercera posición" que tome en cuenta ambas explicaciones, no sin pensar que debido a la relación de fuerzas debió pesar mucho más la oposición dentro del mismo peronismo que la acción del pequeño partido comunista local (más allá de aceitada organización) en la decisión final de Perón respecto del envío de tropas a Corea.
Javier Etcheverry

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